5 consejos básicos para mejorar la visibilidad

Las prisas y la forma de vida que llevamos en la actualidad apenas nos dejan tiempo libre para vigilar el estado de nuestro coche. Bastarán cinco minutos para repasar algunos puntos básicos.

 

Tan importante es ver como ser vistos. Parece una tontería, pero unos faros o unos pilotos traseros sucios pueden provocar una situación de alto riesgo. ¿Cuántas veces nos hemos encontrado con un camión de obra que circula despacio con los pilotos llenos de barro y lo hemos visto cuando ya estábamos demasiado cerca? La diferencia entre circular por una carretera con el pavimento oscuro o claro es determinante para la visibilidad. Lo mismo ocurre con unos faros limpios en buenas condiciones o con ellos sucios, con la luna delantera sucia… Dedícale unos minutos a tu coche y lograrás una conducción más segura y descansada. Merece la pena.

 

Comprueba el líquido del limpiaparabrisas. Mejor con detergente que con agua. Si es concentrado, rebájalo con agua en la proporción que recomiende el fabricante. 

Escobillas en buen estado. No son caras y las tienes en todos los hipermercados. La visibilidad cambia como de la noche al día en los días lluviosos. Si están sucias, pasa un paño humedecido para limpiarlas. El aceite de silicona es muy práctico para reblandecer el perfil de goma. 

Limpieza interior. También se mancha por dentro el coche, aunque es en las horas punta cuando más se nota. Pasa un paño humedecido en limpiacristales por la cara interior del cristal delantero de vez en cuando. Te sorprenderá la suciedad que se acumula y lo agradecido que resulta.

El aire acondicionado, también en invierno. El aire acondicionado es el mejor aliado para desempañar el cristal. Bastará con poner en marcha el aire con la calefacción a tope y el ventilador en la máxima posición dirigido hacia la luna delantera. También pondremos en marcha la luneta térmica para desempañar la luna trasera.

Limpia los faros y pilotos. Si lavar el coche entero te supone un problema, al menos limpia los faros delanteros y los pilotos traseros. No sólo mejorará nuestra visibilidad, también permitirá que los demás nos vean mejor. Unos faros limpios alumbran mejor y se calientan menos. Tampoco está de más cambiar las lámparas cada cuatro o cinco años, aunque no se hayan fundido. Mejorará considerablemente la intensidad de la luz.

 

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