
El airbag es un sistema de seguridad que puede evitar lesiones graves de cabeza, cuello y torso en caso de accidente. Su funcionamiento puede producir efectos secundarios, pero éstos se compensan plenamente con los daños que consiguen evitar. Te indicamos cómo prevenir estos efectos.
Está más que comprobado que el sistema de seguridad pasiva de bolsa de aire, comúnmente conocido en el mundo por el término inglés “Airbag”, reduce en gran medida las lesiones en la cara, en la cabeza, en el cuello, en el torso e incluso pueden llegar a salvar la vida del ocupante en caso de un accidente de cierta consideración. La bolsa de aire que se despliega entre el volante y el cuerpo, o entre las puertas y el cuerpo en el caso del airbag lateral, consigue frenar y distribuir la fuerza del impacto para evitar daños graves. Pero hay que tener en cuenta que su funcionamiento tiene ciertos efectos secundarios que hay que asumir y que te ayudamos a reducir con algunos consejos.
Efectos secundarios
Los efectos secundarios del airbag son los posibles abrasamientos en la piel de manos, muñecas o cara que entran en contacto con el airbag debido a la extrema rapidez con la que se infla la bolsa de aire. También se pueden producir lesiones algo más graves si el ocupante, tanto conductor como pasajero, no está correctamente sentado. Por último, el airbag no sustituye al cinturón de seguridad y para que haga su trabajo el cinturón debe ir siempre abrochado.
Las abrasiones, aunque se producen en muchos casos, no suelen ser más graves que una quemadura leve de primer grado y afectan a la capa superficial de la piel. Suelen ocurrir en las muñecas y en la barbilla, aunque pueden llegar a la nariz y frente. Estas abrasiones se compensan totalmente con las lesiones graves que el airbag consigue evitar.
Si llevas gafas, el airbag puede producir pequeñas contusiones donde apoyan las gafas sobre el tabique nasal, pero siempre serán más leves que si choca la cara contra un superficie dura del coche.

Tener una buena postura al volante es esencial. Si estamos mal colocados al volante y no dejamos un espacio correcto entre el dispositivo de airbag y el cuerpo, tanto por estar muy cerca como muy separado, el airbag no puede hacer su función y no puede evitar las lesiones en cara y cuello, agravándolas incluso si estamos muy cerca del volante. El pasajero también puede sufrir lesiones importantes si está mal sentado, por ejemplo, con las piernas cruzadas o con los pies sobre el salpicadero.
Está prohibido circular sin cinturón de seguridad pues es el mejor sistema de seguridad. Y aunque no estuviera prohibido, el airbag no es un sustituto del cinturón de seguridad y no puede evitar lesiones, incluso en accidentes leves, si el ocupante del vehículo no tiene abrochado el sistema de retención.

Cómo prevenir lesiones
- Llevar abrochado siempre el cinturón de seguridad.
- Regular el asiento a una distancia correcta del volante, ni muy cerca, ni muy lejos.
- Agarrar el volante siempre por el aro exterior y nunca por dentro.
- Agarrar el volante con las manos separadas entre sí y evitar que el brazo se interponga entre el sistema de airbag y la cabeza.
- Dejar liberada la zona de inflado del dispositivo de airbag y no colocar ningún objeto entre éste y el cuerpo.
- No colocar las sillas infantiles del Grupo 0 y 0+, que van en contra del sentido de la marcha, en plazas delanteras sin desconexión de airbag.
- El pasajero no debe apoyar los pies sobre el salpicadero, ir con el respaldo muy inclinado o llevar las piernas cruzadas.
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